El pasado verano se me pasó sin practicar hidro y este iba por el mismo camino, sea por pereza o por mis condiciones físicas, estoy operado de columna en dos ocasiones, la cosa se iba retrasando. Mi buen amigo Jacinto insistía continuamente que lo acompañara, además añadía que hecho con cuidado podía ser terapéutico, el amigo Berry lo secundaba. Y tenían razón, al río nos fuimos una tarde super calurosa, una vez allí me enfundé el neopremo ayudado por Jacinto, sólo imposible, y al agua. Se me abrió entonces un espectáculo maravilloso entre eneas y nenúfares que me hicieron disfrutar de una gran jornada fotográfica. He aquí unos ejemplos de ello.
“Deslizándose por la historia”
-
En la plaza silenciosa de Combarro, las piedras guardan siglos de
historia, mientras dos patinetes trazan su propio presente sobre el damero
antiguo.