martes, 18 de noviembre de 2014

El señor de las cumbres

Nunca está demás un paseo por las laderas de Gredos en tiempos de celo de la Cabra montés.
La Capra pyrenaica victoriae es una de las subespecies de la Cabra montés o Íbice ibérico (Capra pyrenaica), en la península Ibérica habitaban cuatro subespecies. La ya mencionada Capra pyrenaica victoriae que se encuentra en las cordilleras del centro y norte de España, su principal población está en la Sierra de Gredos, donde habitan más de 10.000 ejemplares. La Capra pyrenaica hispanica que se distribuye por las cordilleras cercanas al Mediterráneo alcanzando mayor densidad en Sierra Nevada. La Capra pyrenaica pyrenaica llamada también Bucardo se hallaba originalmente en los Pirineos franceses y españoles, se sabe que desgraciadamente el último ejemplar murió en enero del 2.000. Finalmente la Capra pyrenaica lusitanica, era conocida como Mueyu Se distribuía originalmente por las montañas fronterizas entre Galicia y Portugal, se extinguió en 1892 en la Sierra de Geres (Portugal).














lunes, 10 de noviembre de 2014

Grullas y Cía

No esperábamos las grullas tan a primeros de noviembre en la laguna donde hidephotoExtremadura tiene instalado su hide, pero efectivamente allí estaban. Antes de salir el sol estábamos instalandonos Alejo y yo cuando empezaron a oirse los primeros trompeteos, "desaguamos" y sin más demoras cerramos la puerta, mientras, un nutrido grupo sonaba muy cerca, debieron posarse a escasos treinta metros detrás nuestro, se hizo la luz y la dehesa se llenó de cantos, a la laguna llegó primero un macho de cerceta común, poco después otro más con tres azulones, mientras, el tronco que teníamos delante era visitado por pinzones, lavanderas, mosquiteros, colirrojos, bisbitas, mosquiteros, un petirrojo, etc, a medida que el sol empezaba a calentar las orillas se poblaban de rabilargos, palomas zuritas, zorzales, andarríos y algún archibebe, sobre las diez aparecieron las grullas, tras comprobar durante unos minutos que no había ningún peligro en las inmediaciones, comenzaron a comer, alguna picoteando en el suelo y otra partiendo con su pico las ricas bellotas caídas de las encinas, una de ellas nos alegró la mañana con una sesión de saltos y piruetas que hicieron saltar chispas en nuestras cámaras, en esto, tres hembras de patos cucharas amerizaron dejando su estela sobre las aguas para dar más colorido aún a la estupenda sesión que estábamos disfrutando, hasta dieciocho especies. Así transcurrió la mañana con la que inauguramos esta temporada grullera, el paso de un grupo grupo sobrevolándonos arrastró a las que allí se encontraban, aprovechamos esta circunstancia para salir del hide. Contentos y satisfechos nos encaminamos al restaurante donde habíamos quedado con el amigo Rubén, mientras esperábamos a este charlamos un rato con Javier Conejero de Mérida que casualmente allí se encontraba. Tras la comida cada mochuelo a su olivo, yo a llevar a mi nieto Daniel a la "guarde" y Alejo y Rubén al comedero de este, pero eso es otra historia...



 Pinzón común

 Petirrojo

 Bisbita común

 Lavandera blanca

 Cerceta común

Mosquitero común

domingo, 2 de noviembre de 2014

El roquero efímero

Cuando conté por whatsapp al grupo, que en el huerto se había instalado un roquero solitario ¡saltaron las alarmas!, lo que podría hacerse, alta velocidad incluso.
Probé poniéndole su canto en el móvil y no paraba de dar vueltas alrededor, decidí ponerle unos tenebrios y aprovechando que Montaña mi mujer y mi nieto Daniel iban a darle algo de comer a una burrita de un cercado próximo, me metí en el hide y casi sin preparar, limpiar el cristal y poco más, le hice una primera sesión, resultó bien la cosa, el pájaro es grande, el escenario estaba un poco cerca para mi 300mm. el bicho casi no cabía en el encuadre, pero comió de los gusanos y no paraba de ir y venir, la cosa pintaba fenomenal y les mandaba algunas fotos de la pantalla de la cámara a los amigos, volvió mi familia y salí relamiéndome de las posibilidades que tenía el ave, coloqué mejor el escenario poniendo otros posaderos, una roca sobre todo y cuando Daniel se durmió la siesta, otra vez al hide. El roquero volvió, de pronto voló e impactó contra el cristal, ¡mierda!...no llegó a caer al suelo, pero no he vuelto a verlo y como reza un refrán, nuestro gozo en un pozo.
Me queda la pequeña esperanza de que no resultara muy dañado y si le parece bien, que vuelva por mi huerto que es el suyo.

Roquero Solitario (Monticola solitarius).









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