Este ejemplar, macho, de águila real suele ser discreto y esquivo, no se prodiga mucho, pero cuando hace su aparición el tiempo parece detenerse y nos ofrece unos momentos irrepetibles que hay que saber aprovechar.
“Pedales al ocaso”
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“Atardecer en Valdelagrana: la calma del mar se encuentra con el silencio
de una bicicleta detenida frente al horizonte.”
Que pasada, espectacular, en la primera foto dan miedo esas garras, que buen sitio.
ResponderEliminarSaludos.