Este ejemplar, macho, de águila real suele ser discreto y esquivo, no se prodiga mucho, pero cuando hace su aparición el tiempo parece detenerse y nos ofrece unos momentos irrepetibles que hay que saber aprovechar.
“Deslizándose por la historia”
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En la plaza silenciosa de Combarro, las piedras guardan siglos de
historia, mientras dos patinetes trazan su propio presente sobre el damero
antiguo.