Este ejemplar, macho, de águila real suele ser discreto y esquivo, no se prodiga mucho, pero cuando hace su aparición el tiempo parece detenerse y nos ofrece unos momentos irrepetibles que hay que saber aprovechar.
“El verano que naufraga”
-
Agárrame la mano al atardecer, cuando la luz del día se apaga y la
oscuridad hace deslizar su constelado de estrellas…
Mantenla apretada cuando no pueda v...
Que pasada, espectacular, en la primera foto dan miedo esas garras, que buen sitio.
ResponderEliminarSaludos.